Mondongo: Conceptual Art (Click the images to see it in details)
Mondongo emerges onto the scene amidst the splatter of cultural alternatives that must have been one of the positive results of the crisis. They espouse a group aesthetic working closely, almost incestuously, together, sharing ideas, playing with them, pushing them around, abandoning them, and then putting into practice whatever passes the test – literally a three-pronged test that satisfies their intellectual concerns with regards the history of the medium of painting and the production of images in a society such as our own, secondly their stance to reality, and their ironic prediposition to almost anything that life serves up, a kind of modish liteness infused with critical distance.
In other words, it is a conceptual process that depends as does so much contemporary practice on the rhetoric of irony for making its points, or perhaps even more specifically on parody and pastiche. They seek to undermine systems, whatever the form, whether it be the myth of the individual artist, the author as author-ity: the idea of institutional power; or the art system itself. And they do so by rooting themselves in the popular, in the glitter of the tawdry or in the products of the super-market. It is here that they find their material in what we might call the ground level zero of consumer society – trinkets, cookies, sausages, jelly babies, threads, etc. You name it they’ll use it.
Mondongo makes their own portrait gallery where each work combines a play between material and personality: the portarit of the passionate Ruth Benzacar is constructed from matches; Britney Spears with supermarket price tags as a mass consumption pop icon; David Bowie from his brand of make-up as a glamour rock idol of the seventies; the Spanish Royal Family from small mirror fragments that suggest opulence and glitter, but also potentially carry an ironic message about Colonial power referring to the period when the Spanish Empire was built on trading glass beads for gold and also to the present moment when Argentine is living a second imperial invasion by Spanish business enterprise! These are quick takes but they revive an abandoned genre.
Site Mondongo
Mondongo: Arte Conceptual (Clickee sobre la imagen para verla en detalle)
El grupo Mondongo emerge en la escena del arte como una de las alternativas culturales que ha de haber sido uno de los resultados positivos de la crisis. Sostienen una estética colectiva y trabajan estrechamente, de manera casi incestuosa; comparten ideas y juegan con ellas, las manipulan, las abandonan y luego ponen en práctica lo que sea que pase la prueba – literalmente, una prueba con tres ramificaciones que satisface sus preocupaciones intelectuales acerca de la historia de la pintura como medio artístico y la producción de imágenes en una sociedad como la nuestra; en segundo lugar, su postura frente a la realidad, y su irónica predisposición para cualquiera de las cosas que ofrece la vida, una suerte de ligereza en boga embuida de una distancia crítica.
En otras palabras, es un proceso conceptual que depende, como tantas otras instancias de la práctica contemporánea, en la retórica de la ironía para transmitir sus mensajes. Tal vez, más específicamente, el proceso depende de la parodia y el pastiche. Los miembros de Mondongo buscan socavar los sistemas, cualesquiera sean sus formas, sea el mito del artista individual, del autor como autoridad: la idea del poder institucional; o el sistema artístico en sí. Lo hacen hundiendo sus raíces en lo popular, en el brillo de lo chabacano o en los productos de supermercado. Es aquí donde encuentran su material, en lo que podríamos denominar el grado cero de la sociedad de consumo: baratijas, galletitas, salchichas, gomitas masticables,hilos, etc. ¿Se le ocurre algún material? Mondongo lo utiliza en sus obras.
Los Mondongo construyen su propia galería de retratos donde cada obra es una combinación juguetona entre material y personalidad: el retrato de la apasionada Ruth Benzacar está hecho de fósforos; Britney Spears, con etiquetas de precio de supermercado como un ícono pop para consumo masivo; David Bowie, con su marca de maquillaje como glamorosa estrella de rock de los setentas; la familia real española, con pequeños fragmentos de espejo que sugieren opulencia y brillo pero también, en potencia, un mensaje irónico sobre el poder colonial, cuando el Imperio Español se alzaba sobre el trueque de cuentas de vidrio a cambio de oro, y también sobre el momento actual, cuando la Argentina vive una segunda invasión imperial a manos de empresas españolas! Son observaciones breves que, sin embargo, reviven un género que había sido abandonado.
Mondongo emerges onto the scene amidst the splatter of cultural alternatives that must have been one of the positive results of the crisis. They espouse a group aesthetic working closely, almost incestuously, together, sharing ideas, playing with them, pushing them around, abandoning them, and then putting into practice whatever passes the test – literally a three-pronged test that satisfies their intellectual concerns with regards the history of the medium of painting and the production of images in a society such as our own, secondly their stance to reality, and their ironic prediposition to almost anything that life serves up, a kind of modish liteness infused with critical distance.
In other words, it is a conceptual process that depends as does so much contemporary practice on the rhetoric of irony for making its points, or perhaps even more specifically on parody and pastiche. They seek to undermine systems, whatever the form, whether it be the myth of the individual artist, the author as author-ity: the idea of institutional power; or the art system itself. And they do so by rooting themselves in the popular, in the glitter of the tawdry or in the products of the super-market. It is here that they find their material in what we might call the ground level zero of consumer society – trinkets, cookies, sausages, jelly babies, threads, etc. You name it they’ll use it.
Mondongo makes their own portrait gallery where each work combines a play between material and personality: the portarit of the passionate Ruth Benzacar is constructed from matches; Britney Spears with supermarket price tags as a mass consumption pop icon; David Bowie from his brand of make-up as a glamour rock idol of the seventies; the Spanish Royal Family from small mirror fragments that suggest opulence and glitter, but also potentially carry an ironic message about Colonial power referring to the period when the Spanish Empire was built on trading glass beads for gold and also to the present moment when Argentine is living a second imperial invasion by Spanish business enterprise! These are quick takes but they revive an abandoned genre.
Site Mondongo
Mondongo: Arte Conceptual (Clickee sobre la imagen para verla en detalle)
El grupo Mondongo emerge en la escena del arte como una de las alternativas culturales que ha de haber sido uno de los resultados positivos de la crisis. Sostienen una estética colectiva y trabajan estrechamente, de manera casi incestuosa; comparten ideas y juegan con ellas, las manipulan, las abandonan y luego ponen en práctica lo que sea que pase la prueba – literalmente, una prueba con tres ramificaciones que satisface sus preocupaciones intelectuales acerca de la historia de la pintura como medio artístico y la producción de imágenes en una sociedad como la nuestra; en segundo lugar, su postura frente a la realidad, y su irónica predisposición para cualquiera de las cosas que ofrece la vida, una suerte de ligereza en boga embuida de una distancia crítica.
En otras palabras, es un proceso conceptual que depende, como tantas otras instancias de la práctica contemporánea, en la retórica de la ironía para transmitir sus mensajes. Tal vez, más específicamente, el proceso depende de la parodia y el pastiche. Los miembros de Mondongo buscan socavar los sistemas, cualesquiera sean sus formas, sea el mito del artista individual, del autor como autoridad: la idea del poder institucional; o el sistema artístico en sí. Lo hacen hundiendo sus raíces en lo popular, en el brillo de lo chabacano o en los productos de supermercado. Es aquí donde encuentran su material, en lo que podríamos denominar el grado cero de la sociedad de consumo: baratijas, galletitas, salchichas, gomitas masticables,hilos, etc. ¿Se le ocurre algún material? Mondongo lo utiliza en sus obras.
Los Mondongo construyen su propia galería de retratos donde cada obra es una combinación juguetona entre material y personalidad: el retrato de la apasionada Ruth Benzacar está hecho de fósforos; Britney Spears, con etiquetas de precio de supermercado como un ícono pop para consumo masivo; David Bowie, con su marca de maquillaje como glamorosa estrella de rock de los setentas; la familia real española, con pequeños fragmentos de espejo que sugieren opulencia y brillo pero también, en potencia, un mensaje irónico sobre el poder colonial, cuando el Imperio Español se alzaba sobre el trueque de cuentas de vidrio a cambio de oro, y también sobre el momento actual, cuando la Argentina vive una segunda invasión imperial a manos de empresas españolas! Son observaciones breves que, sin embargo, reviven un género que había sido abandonado.
Site. Mondongo
2 comments:
si tiene elementos pero el dadaismo no fue el unico que trabajo la ironia
Interesting post. I would like to learn more about this topic. There's a lack of information about it. By the way, what a funny name "Mondongo"! ha ha I thought it was a meal or something like that.
Post a Comment